martes, 20 de abril de 2010

Política, Ciudadanía y la cultura del "ahí se va"

Los mexicanos nos distinguimos por nuestro ingenuo, nuestra capacidad por resolver los problemas a corto plazo, en pocas palabras nos destacamos por la cultura del "ahí se va". ¨Por supuesto que el ingenuo es una cualidad que muchas veces nos saca de problemas que se tenían imprevistos, pero esta salida "fácil" es solamente a corto plazo. Lo ideal sería planear muy bien todas nuestras actividades para obtener un beneficio permanente.

Desgraciadamente tenemos la costumbre de "todo dejarlo para el último" y justificamos con la típica frase "al fin y al cabo que bajo presión sale mejor". Pero no. Las cosas no salen mejor, simplemente existe un conformismo al haber una única salida y no se tiene la suficiente visión para manejar otras posibilidades que mejorarían nuestro trabajo sustancialmente.

Y para muestra la política. ¿Cuántas veces hemos visto que por la premura de inaugurar una obra pública los gobernantes hacen todo mal?, muchas. Y para muestra, no sólo uno, miles de botones. Políticos hay muchos, y políticos que sólo quieran salir en la foto al ponen en marcha una obra, hay más. Bueno, está bien que se tomen la foto del recuerdo, pero no se vale que lo hagan cuando el resultado es deficiente o cuando ni siquiera está terminado.

Basta con mirar el sexenio del presidente Vicente Fox, en el cual hubo dos obras, una cultural y otra deportiva, que al poco tiempo de ser abiertas se descubrieron fallas en su infraestructura. Una de ellas, la Biblioteca Vasconcelos, es considerada como la obra cultural más importante durante la administración de Fox. Esta "magna" construcción fue inaugurada en mayo del 2006, a dos meses de la elección presidencial, obvio en este caso la prisa era para que el mandatario en turno atrajera votos para su partido. ¿Pero qué pasó después?, lo mismo de siempre, algo hecho al "ahí se va", como normalmente sucede, salió mal.

A poco menos de un año de haber iniciado operaciones la Biblioteca Vasconcelos tuvo que cerrar por cerca de tres mil deficiencias que se lograron documentar, entre ellas fugas en el drenaje, filtraciones de agua y elevadores inservibles. El inmueble estuvo cerrado por 21 meses, lapso por el cual se repararon algunas deficiencias. Es el típico caso de: "lo dejamos para el último, lo hacemos rápido, lo presentamos y ya después ahí veremos", fatal.

Otra de las obra inauguradas por Fox con "bombo y platillo" fue el Centro Nacional de Talentos Deportivos y Alto Rendimiento (CNAR). Nuevamente con la premura de inaugurar la obra antes de terminarla con el fin de "tomarse la foto" antes de que el mandatario terminara su mandato. Y nuevamente al poco tiempo de su apertura, se encontraron deficiencias. Una de ellas, la más relevante, fue el hundimiento de siete centímetros que sufrió la alberca olímpica, a tan sólo dos meses de su inauguración. ¡Vaya, tiempo récord!. Sin duda otro ejemplo que lo hecho al "ahí se va", está mal hecho. Dicha obra fue estrenada el 27 de noviembre del 2006, a cuatro días de que Fox dejara la presidencia.

Y así tenemos muchos ejemplos: el Macrobús de Guadalajara sin señalizaciones y semáforos inservibles; las banquetas de Avenida Vallarta y sus problemas en la construcción; las obras del centro histórico de la perla tapatía que todavía no se concluyen a más de cuatro meses de haber terminado la administración responsable de la obra; el Parque Morelos que hoy parece zona de guerra por la fallida Villa Panamericana; entre muchas más.

Para que México sea un país desarrollado en todos los ámbitos, principalmente en lo económico, debemos comenzar con una cultura de la planeación, de tener el hábito de realizar todo a tiempo, sin prisa. Sin duda estos factores son clave esencial para el crecimiento y el éxito social, político y económico del país.

Hasta la próxima


miércoles, 7 de abril de 2010

La confianza en la política

Es de todos sabido que los políticos mexicanos, en su mayoría, tienen una pésima imagen ante los ciudadanos. Y no es para menos. El manejo de la administración pública, por parte de los estadistas, ha dejado mucho que desear durante la vida política del país. México es una nación con mucho potencial para crecer en lo cultural, político y económico, 200 años de historia independiente respaldan la riqueza con la que cuenta esta gran territorio. A estos dos siglos de vida autónoma tenemos que agregarle el vasto patrimonio cultural que dejaron los pueblos prehispánicos.

Desgraciadamente a los malos manejos de los gobernantes el potencial crecimiento de México no se ha logrado. Entre los factores que han impedido el desarrollo de la nación es que la población ya no cree en los políticos. Prácticamente no existe alguna percepción favorable por parte de los ciudadanos hacia los gobernantes. Hoy en día, decir político es sinónimo de ratero, sin vergüenza, corrupto y demás epítetos que denigran la imagen de los estadistas mexicanos.

Para lograr que el país logre desarrollarse plenamente en todos los ámbitos, principalmente el económico, la gente debe creer en los políticos. Es una tarea muy difícil, pero indispensable para dar ese gran impulso que la nación necesita. Hay que precisar que esa imagen negativa se debe revertir con el trabajo responsable, honesto, ético y, sobre todo, teniendo un contacto más cercano con la ciudadanía. Los gobernantes deben conocer las necesidades e inquietudes de la población, el mismo pueblo que los llevó al poder a través de las urnas.

Pero no solamente se trata de tener conocimiento de las inquietudes de la ciudadanía, también hay que darle respuesta. Así, teniendo como base un buen trabajo en la administración pública, los políticos lograrán, poco a poco, limpiar la mala imagen que en general se tiene de ellos. Sobre todo hacer un trabajo que denote confianza, limpieza y compromiso con la ciudadanía. Sin duda estas acciones ayudarán a que los mexicanos tengamos más seguridad en ellos.

Los políticos deben tener más contacto con los ciudadanos. En un mundo en el que nos invaden las tecnologías electrónicas, no hay pretextos para dejar de hacerlo. Un claro ejemplo son los diputados, alcaldes y gobernadores que utilizan las redes sociales, como twitter y facebook, para tener un contacto más cercano con la población. Ese es un pequeño detalle que la gente valora y da la sensación de que por fin se siente atendida por sus representantes. Aunque estos esfuerzos de comunicación con la población son muy buenos aún falta mucho. Llevar esas herramientas a gran escala serviría de mucho para lograr una mejor retroalimentación entre el político y el ciudadano. Así se conseguirá que el pueblo sienta más de cerca a los gobernantes.

México está ávido de líderes competentes, comprometidos y con un perfil que sea capaz de sacar del estancamiento al país. Y la mejor manera de tenerlos es que comiencen por comunicar una imagen que inspire confianza, todo ello basado en un trabajo ético, profesional y honesto con la nación. Al cambiar esa percepción negativa sobre los políticos, apoyada en una labor propositiva, seguramente se lograrán las acciones que la nación necesita para desarrollar su potencial cultural, económico y social.


Hasta la próxima