El año pasado el presidente Felipe Calderón presentó su iniciativa de reforma política. Entre los puntos que maneja el ejecutivo en esta enmienda se encuentran los siguientes: reelección para legisladores y alcaldes; iniciativa preferencial para el jefe del ejecutivo; aumentar el umbral para mantener el registro de los partidos políticos a un mínimo de 4%; reducción de los integrantes del congreso; y la segunda vuelta para elección presidencial en caso de que el ganador no alcance una votación superior al 50 por ciento en primer instancia.
La verdad yo siempre he sido mal pensado, y más si se trata de política. Les digo esto porque me parece muy raro que el presidente Calderón haya presentado esta iniciativa de reforma política en el tiempo que la dio a conocer. Para ser más preciso, esta pretensión de enmienda se presentó a finales del 2009, año en que el PRI arrasó en las elecciones intermedias y cuando cada vez se escuchan más pasos en la azotea de los Pinos diciendo que el Revolucionario Institucional regresa a la silla grande en la figura de Enrique Peña Nieto, gobernador del Estado de México.
Además, otro hito que marca esta iniciativa de reforma son las alianzas que promueven el PRD y PAN. Y digo que esta propuesta se planea justo a tiempo (para los panistas) porque el tiempo restante para la elección presidencial del 2012, poco más de dos años, es suficiente para que el blanquiazul evite a toda costa el regreso del PRI a los Pinos. Inclusive mediante una reforma política.
La reforma en general me parece buena, pero como ya les dije yo soy muy mal pensado. El punto que habla de la segunda vuelta electoral me parece una estrategia electoral rumbo al 2010. ¿Por qué?, bueno, enseguida les dibujo el escenario que a mi parecer busca el presidente y su partido.
Primero, Enrique Peña Nieto desde el inicio de su mandato en el Estado de México ha sido el personaje que ha cobrado mayor fuerza llegar a la presidencia, por ende, el regreso del PRI a la máxima autoridad del país. Además, que su popularidad y manejo de imagen apoya la tesis de que azules y amarillos no tienen posibilidad de competirle.
Segundo, las alianzas que impulsan el PAN y PRD en varios estados de la república como Durango, Oaxaca y Puebla, tienen como objetivo restarle fuerza al PRI que los arrolló en las elecciones intermedias.
Y por último el punto futurista. Tercero, es que con la reforma política, especialmente con la segunda vuelta en la elección presidencial, el PAN busque restarle fuerza al PRI. Nada más imagine que en la primera instancia el PRI logre la mayoría de los votos pero no supere el 50 por ciento de los sufragios. Ahí es donde entraría a salvo la reforma y su segunda vuelta. El PAN sabe que una campaña negativa le restaría votos al tricolor y las alianzas que hoy se promueven entre panistas y perredistas serían un excelente pretexto para concretar un pacto que en el 2012 lancen a un candidato común, pero disfrazado por medio de la segunda vuelta.
Al no alcanzar el PRI los votos suficientes en la primera vuelta, el PAN aspira que en la segunda los votos del PRD se vayan con ellos, o viceversa, para así lograr su objetivo, impedir el regreso de los "dinosaurios" a la presidencia. Sentando, claro, un precedente en las alianzas en las que hoy van juntos los del sol azteca y blanquiazules.
A eso me huele la reforma política de Calderón, discúlpeme por ser tan mal pensado, pero bien dice el dicho "Piensa mal y acertarás".
En fin, dicen que en la guerra, en el amor y en la "política" todo se vale.
Hasta la Próxima.