En México, la comunicación en las empresas es cosa de grandes.
Debido a su estructura y nivel de negocio, la comunicación corporativa, que se define como la promotora de los logros y objetivos de las compañías, sólo tiene cabida en las grandes empresas.
De acuerdo con la Secretaría de Economía, en México existen 4 millones 73 mil empresas, de las cuales el 99.8 por ciento son Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes). Aunque las Mipymes representan el 52 por ciento del Producto Interno Bruto y el 72.1 por ciento de la generación de empleos en el País, este tipo de empresas carecen de programas de comunicación corporativa y organizacional que les permita dar a conocer al público externo sus logros, mientras que con el público interno operar de manera eficiente.
El problema radica en que la única prioridad de las Mipymes es sobrevivir, pues se estima que en México el 80 por ciento de estas empresas cierran en su primer año de operación. Al ser su única prioridad, las compañías sólo se enfocan en las ganancias económicas que les permitan seguir operando y dejan de lado muchas actividades empresariales, entre ellas la comunicación organizacional y corporativa. Y es que, la comunicación en las organizaciones lucrativas es algo que no trae beneficios económicos en el corto plazo.
Para todo tipo de empresas la comunicación es muy importante, pues una compañía que no sepa comunicar lo que vende, jamás lo podrá vender y no permanecerá en el mercado. Además, en el interior también deben cuidar los procesos de comunicación para su desarrollo y el bien de la organización. Las empresas deben saber quiénes son y hacia dónde van, con ello cumplir objetivos e ir creciendo para el beneficio de la organización y los miembros que la integran.
A diferencia de las empresas pequeñas, que por desconocimiento, desinterés o falta de presupuesto no la ponen en práctica, quienes si han sabido aprovechar la comunicación son las grandes firmas.
La estructura organizacional y que le destinan parte de su presupuesto a la comunicación, le ha permitido a las empresas grandes desarrollar programas comunicativos que a largo plazo les dejen beneficios económicos.
Además de que las grandes firmas han sabido utilizar la comunicación corporativa y organizacional para ser eficientes y lograr un sentido de pertenencia en sus empleados, también han explotado la comunicación institucional. Programas de Responsabilidad Social Empresarial han ayudado a que las firmas sean mejor identificadas y crean un sentido de empatía con los públicos externos, lo que a largo plazo le traerá ganancias económicas.
Este podría ser el inicio para que las Mipymes también apliquen la comunicación, pues generalmente las pequeñas empresas toman como referencia e imitan a las grandes corporaciones con el único fin de seguir en el mercado. Una de los aspectos a imitar es el uso de la comunicación.
El reto para infundir la importancia de la comunicación en las Mipymes también radica en que la academia y el sector privado deben trabajar en conjunto para crear profesionistas cada vez más especializados en el tema. Así, los programas deben vincular a los alumnos con los sectores productivos para que las empresas conozcan los beneficios de la comunicación a largo plazo.
La comunicación en las empresas es algo que ya es estratégico. Como lo dice Richard Edelman, CEO de Edelman: “lo que solíamos ser la cola del perro, ahora la comunicación es el principio organizador detrás de muchas decisiones de negocios”.
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